martes, 22 de abril de 2008

Que corra la sangre...


Disculpen la ausencia y el título poco sutil. Es que estaba celebrando. Prácticamente todos los que pasáis por aquí ya sabéis a qué viene esto.
Por fin he cumplido una de mis misiones vitales, de las que hablaba cuando empecé este blog, y en un mes seré el último mono del servicio de hematología en el H.U.C.A.
Podéis estar tranquilos, no pienso haceros partícipes de las aventuras y desventuras de Error en el hospital, aunque seguro que haré honor a mi nombre más de una vez. Muchas más.

jueves, 3 de abril de 2008

Escena costumbrista

Escribía un día ykar13 en su fotolog sobre disfrutar de las cosas cotidianas y en ella pensó Error ayer, cuando consiguió poner en marcha la segadora.
Entre las múltiples virtudes de Error destacaba una: su habilidad para estropear cualquier aparato electrónico o a motor que tocaba. Que ni el coche arrancaba a la primera, que si no le decías que ibas pa Luarca, nada, que ése era el único camino que conocía bien. Y Error le mimaba, le decía que lo iba a lavar, y el Zx nada, que eso ya tampoco se lo creía, que menos mal que era gris y disimulaba.
Pero con la segadora se había superado. Cada vez que la tocaba conseguía desenganchar el cable de arranque y había que volver a ponerlo en su sitio manualmente, con paciencia y ayuda de un lápiz o un tenedor.
Error se defendía: "si de verdad que no he hecho nada, sólo tiré para arrancar." Y el homecón examinaba intrigado el desperfecto: "¿Cómo se las arreglará esta chica, si ni fuerza tiene?"
Ayer fue diferente. Error recogía la hierba de la cesta y miraba la esquina del prao que aún quedaba por segar, a ver si le salían rayos de los ojos y se quemaba. Por curiosidad, con mucho cuidado, tiró del maldito cable, para ver el recorrido que hacía e intentar entender qué fallaba. Y la segadora soltó un suave bbbrrrr.
"¿Será posible? ¿La podrá encender?" Error echó un vistazo alrededor, a ver si los vecinos miraban y se acordó de Pepe Viyuela. Como no había moros en la costa, volvió a intentarlo. Un tirón un poco más fuerte y BBBRRROOOOMMMM, ¡segadora en marcha!
Henchida de orgullo (como dicen aquí: no-y cabía una faba en culo) marcha a segar la esquina, con la sonrisa en la cara, y es entonces cuando se acuerda de su amiga ykar13: "Esto tengo que contarlo, ¡menuda hazaña!"
El homecón se ríe, pero se ve que está orgulloso: "A ver si esta moza se hace autosuficiente."
Un rato después Error admira la obra desde la ventana y, como dicen allí, exclama: "¡Otra cosica es!", y le da un largo trago a la cerveza del homecón, que ya está acostumbrado, que a Error todo le sabe mejor si lo coge de su plato.