domingo, 27 de julio de 2008

¡Feliz 1000 Cumplekm!

La semana pasada mi querido Audace Platita cumplió los 1000km. ¡Qué orgullosa estoy de él! Recuerdo el viernes que fui a recogerlo con Msa. ¡Qué nervios! ¡Qué estrés! Guiada por los consejos para la conducción en la vida real de mi acompañante recorrimos todo Sevilla y lo aparcamos no demasiado lejos de mi casa. ¡Qué lindo se veía resplandeciente bajo el sol estival! Me parecía coche más bonito de la fila, de Sevilla y del mundo.

El día siguiente hizo su primera excursión a la playa. Su primer viaje, sus primeros aplausos, su primera gasolinera, su primera retención a la salida de Sevilla, su primer adelantamiento a un camión, su primer rodeo para llegar a la playa porque nos equivocamos, su primera rata atravesándose en la carretera … Un día agotador para los dos. Esa noche no pude salir.

El lunes lo llevé a trabajar. 20km. Y dormí 45 minutos más. A la vuelta a Sevilla fui formando caravana con mi jefa detrás de mí. No pasa nada. Sólo que al día siguiente llegué más tarde porque tenía que ir al banco y mis compañeros estaban preocupados por si había tenido un accidente. Por supuesto que ya no formo caravana.

Desde entonces vamos todos los días juntos a La Rinconada y hemos vuelto a la playa en dos ocasiones. Gracias a Error que me regaló un mapa de carreteras ya no erré más el camino. Y también tengo un llavero erróneo que dice mi edad y ¡Qué sexy! para cachondeo de los muchachos de la gasolinera.

Aún me queda por resolver el problema del aparcamiento. Mi pobrecito pasa horas bajo el sol abrasador y la pobrecita de mí pasa horas buscando donde aparcar. Cuando por fin encuentro un hueco suele haber un gorrilla para dirigir la maniobra. Yo que siempre he echado pestes de ellos, ahora disfruto de su trabajo, que me ahorra tiempo y quebraderos de cabeza y es de agradecer a las 15:30h. En todo caso, pronto dejarán de ayudarme, porque conmigo pierden dinero. Ya ha ocurrido alguna vez, que en el tiempo en que me ayudaba a aparcar, otros coches llegaban a la fila y el gorrilla no podía acercarse a extorsionar a sus conductores.

Conclusión: a pesar del estrés de conducir según por donde, a pesar de llevarme algún susto de vez en cuando, a pesar de lo caro de abrevar a 70 caballos sedientos, a pesar de que llevo un telépata cabrón que se cala en cuanto pienso “que no se cale”, a pesar del problema de aparcamiento … TODO SON VENTAJAS. Y estoy encantada con mi audacísimo y cada vez menos plateado auto.

jueves, 24 de julio de 2008

¿A qué huelen las nubes?


Orosia siempre tuvo claro que ella no quería trabajar en un hospital. No soporta el olor de los pasillos a comida mala, a enfermedad, orines y cosas peores. Pero claro, estamos hablando de una persona que lo huele todo. Le dices, por ejemplo: "Mira, me he comprado una camiseta." Antes de comprobar si le gusta, si es de su talla, antes incluso de fijarse en el color, se la acerca a la nariz. Y así con todo: libros, CDs, ¡hasta los platos antes de servir la comida!

Tal vez lo que quiere es capturar el momento, porque el poder evocador de los olores es sorprendente y, a veces, inquietante. El olor de una amiga que utiliza la misma colonia desde los 15 años, el olor del portal de casa de la abuela...

Pero muchas veces yo desearía poder prescindir de ese sentido. Ayer por la mañana, sin ir más lejos, caminaba por el hospital detrás de una señora que se había puesto una sobredosis de colonia. Afortunadamente no era uno de esos pasillos llenos de miasmas que favorecen la formación de una mezcla olorosa de propiedades emetizantes. Y es que con el tiempo, las personas se van acostumbrando al olor de su colonia, y piensan que si ellos no la huelen, los demás tampoco, y así deciden no privarnos de ese placer.

El mayor error de la historia de los perfumes se produjo cuando alguien decidió sintetizar el aroma de coco, y después, comercializarlo. Prefiero estar en una habitación pequeña respirando laca que al lado de una persona que use colonia de coco. Prefiero pelar cien cebollas. Prefiero cincuenta pasillos de hospital. Pero, ¿qué piensan las que la usan?, ¿que es un olor sensual y tropical?

Desde aquí hago un llamamiento para que se boicoteen todo ese tipo de productos.

martes, 22 de julio de 2008

O.T: La Final

Hoy es la Gala Final de Operación Triunfo. ¡Virginia estamos contigo! Y en contra de Pablo que nos cae fatal.

No os lo podéis perder, ni siquiera aquellos que vivís por el mundo extranjero. Creedme, vosotros también estáis con Virginia.
Por fin la última gala (casi tan emocionante como la transformación y la boda de Bea). Estos meses he visto las tres primeras canciones casi todos los martes, porque las 23:00 ya es mi hora de irme a la cama. Tal vez hoy lo retrasen todo aún más y me tenga que acostar sin que nadie haya cantado. De todas formas, confío en que vosotros lo veáis por mí y me informéis convenientemente.
Y ya sabéis. Escribid "Virginia" al 5555.

martes, 8 de julio de 2008

Imposible el alemán

¡Qué razón tenían quienes así cantaban! Afortunadamente mis conocimientos de danés y sueco me resultaron algo útiles para entender las palabras turísticas de rigor: puerto, aeropuerto, plaza, puerta, iglesia, rey … Incluso tuve la ilusión de que entendía el alemán viendo la tele. ¡Qué flipe! Después me di cuenta de que había cambiado de canal a TV5Monde.
En cualquier caso, antes de seguir quiero agradecer públicamente su invitación a la cosmopolita Pga, que ha demostrado ser una anfitriona excepcional. Me alojé en su acogedor pisito que está en un altísimo cuarto piso sin ascensor de un edificio de 1920 que tiene las escaleras más bonitas del país, según mi criterio de las 6 de la mañana del sábado.

De mi primera experiencia en tierra alemana concluyo que los alemanes tampoco son más guapos que los daneses. Una pena porque son mucho más numerosos. Estando en la ciudad de Leibniz, me sorprendí de ver tan pocas monadas, (despistados remítanse a Filosofía de COU).

Hannover es la ciudad más tranquila del mundo conocido por mí. Apenas hay coches por las calles y los pocos que hay son muy silenciosos. Una moto macarra es impensable en ese paraíso acústico. Se respira un ambiente de paz que da la impresión de que nada malo puede suceder. Lo disfruté esperando en todos los semáforos aunque no hubiera un coche en 3km a la redonda, porque da vergüenza ser la única que cruza en rojo. Además esperaba en los pasos de cebra y tras unos segundos de mirarle la cara al conductor parado, me daba cuenta de que la prioridad era mía. ¡Qué feliz sería conduciendo mi Audace platita por allí!

Es una ciudad poco turística. Se nota en lo limitado de las postales y de las tiendas de souvenirs. Cuando pasé por la Oficina de Turismo, se quedaron tan sorprendidos que no supieron como atenderme, así que no me hicieron ni caso. Afortunadamente, la eficacia alemana se nota en todos los ámbitos de su vida y para conocer las atracciones de la ciudad sólo hay que seguir la Línea Roja. Yo pensaba que era una línea imaginaria que aparece en los mapas, pero no, la línea está pintada en el suelo. Impresionante. Como una Dorothy cualquiera, me dediqué a seguirla durante dos mañanas. Al principio está muy bien, pero en la zona antigua el señor pintor se hizo un lío y los que la seguimos también (opinión contrastada). Aún así vi todo el recorrido e incluso otros lugares de interés, como Continental, la empresa donde Pga hace los mejores neumáticos que un BMV podría soñar.
De los museos señalar el Sprengel Museum de Kunst Contemporáneo, que me gustó mucho. En una sala de esculturas inverosímiles había una silla blanca en medio. “¿Me podré sentar o será una escultura Duchampiana?” Como no había ninguna etiqueta que pusiera “Chaise”, me senté.

Para enseñarme la vida nocturna, me llevaron a cenar a un italiano, a cenar al Rías Baixas, y a bailar al Papichulo. Todo muy exótico, acompañada de un grupo de asturianos, que si no eran exóticos por su procedencia, sí por su profesión porque fue una inmersión total en el mundo de la Ingeniería y de la empresa privada.
Tuve la suerte de que esos días se celebrara el “Schützenfest”, originariamente la fiesta de los tiradores con arco y donde ahora se reúnen los alemanes a montar en los cacharritos de feria, a beber cerveza y Korn y a cantar sus canciones populares. Yo iba avisada de que no era una fiesta nada “chic” y sí muy “proleten” y por supuesto me encantó. Una mención especial al Korn, que es un licor que se bebe con cerveza por metros. Tomas un minichupito de licor servido en una minicopa entre los dedos y un vaso pequeño de cerveza con la misma mano: el licor ha de caer sobre la cerveza al inclinarlo para beber. Francamente complicado no pringarse la nariz.

Salimos por el Barrio Rojo, donde hay una fauna espectacular; a una discoteca en una nave muguay con música muguay; a un karaoke donde una gordita vestida de negro con camiseta de grupo heavy nos cantó Britney; a una terraza que parecía Tarifa …
En fin, que fueron cinco días geniales y volví encantadísima con todo lo que allí conocí. Estoy deseando repetir.

jueves, 3 de julio de 2008

Mientras tanto



Mientras Orosia estrenaba su audacia y deslumbraba a los especialistas en geometría aparcando su C3 platita, en 13 maniobras y media, en un hueco dejado por un W Passat, Error disfrutaba de la brisa mediterránea desde su habitación del Hotel Hilton de Valencia.

Un "Bienvenida Sra. Catastrófica" se leía en la pantalla de plasma cuando sonó el teléfono:

- ¿Srta. Catastrófica?
- Sí, soy yo.
- Buenos días, la llamamos de la recepción para darle la bienvenida bla bla bla...

Pero Error no sólo quería disfrutar de las vistas de su piso 12. También quería conocer la ciudad.

Un malvado visitador médico frustraría su deseo obligándola a ir a comer una paella a un restaurante de lujo recomendado por el taxista, que los dejó en la puerta. El mismo malvado visitador la inscribió en una charla sobre Linfomas, a la que Error, muy formalita, asistió (e incluso tomó apuntes) y para rematar la faena, la llevó a cenar al oceanográfico y de copas a la terraza de una discoteca con vistas al puerto.

Gasto total: elevado. Vergüenza que pasaba la novatilla de Error cada vez que pensaba en la cuenta: incalculable. Conocimiento de la Ciudad de Valencia: nulo.

Por supuesto, la vuelta a casa después de alojarse en el Hilton no podía hacerse de cualquier manera:

Transporte al aeropuerto: Jaguar. Avión Valencia-Madrid, Madrid-Asturias: Primera clase, acompañando a Nek y a Tony Aguilar.

Para qué voy a decir más...