La última vez que visité a mi abuela escuché varias veces la misma conversación:
Abuela Catastrófica: "Pues ayer el cura amonestó a la vecina del 2º, que se casa en septiembre."
Abuela de otro: "¿Pero esa chica no estaba casada? Si ya tiene dos hijos de seis o siete años."
Abuela Catastrófica: "Eso pensaba yo, pero se ve que no."
Yo, en mi inmensa ignorancia, pensaba que qué anticuado el cura, amonestando a la pobre chica, que si ahora le hacía ilusión casarse, pues cuál era el problema.
Para los que seáis tan burros como yo, os diré que, según María Moliner, amonestar también quiere decir: Publicar en la misa mayor los nombres de los que se van a casar para que si alguien conoce algún impedimento para su matrimonio, lo haga saber. Lo que, en menos cristiano, se podría traducir por echar balones fuera.
Pero se ve que la iglesia intenta adaptarse a los tiempos modernos y ahora se casa cualquiera. ¿Será posible incluso que algún día veamos mujeres curas? Pues vaya lío con esto de los géneros, ¿habrá curas y curos, sacerdotas y sacerdotos?
Abuela Catastrófica: "Pues ayer el cura amonestó a la vecina del 2º, que se casa en septiembre."
Abuela de otro: "¿Pero esa chica no estaba casada? Si ya tiene dos hijos de seis o siete años."
Abuela Catastrófica: "Eso pensaba yo, pero se ve que no."
Yo, en mi inmensa ignorancia, pensaba que qué anticuado el cura, amonestando a la pobre chica, que si ahora le hacía ilusión casarse, pues cuál era el problema.
Para los que seáis tan burros como yo, os diré que, según María Moliner, amonestar también quiere decir: Publicar en la misa mayor los nombres de los que se van a casar para que si alguien conoce algún impedimento para su matrimonio, lo haga saber. Lo que, en menos cristiano, se podría traducir por echar balones fuera.
Pero se ve que la iglesia intenta adaptarse a los tiempos modernos y ahora se casa cualquiera. ¿Será posible incluso que algún día veamos mujeres curas? Pues vaya lío con esto de los géneros, ¿habrá curas y curos, sacerdotas y sacerdotos?
Las abuelas pirenaicas, por eso de la proximidad geográfica, van todos los años a Lourdes con el cura amonestador y se da la feliz casualidad de que la fábrica de Lindt de Francia les pilla de paso. La última vez que el cura sugirió anular esa parada quedó claro que la afluencia al lugar de las apariciones iba a ser mucho menor. Y no es que las abuelas cometan el pecado de la gula, es que los nietos catastróficos están esperando como agua de mayo la bolsa de medio kilo de bombones. El grado de sofisticación de las abuelas ha ido aumentado paralelamente al descenso del disimulo, y ya van todas con las bolsas térmicas preparadas.
Aunque yo, que soy muy purista en esto del chocolate, preferiría una tableta de 70% puro cacao, y no esas mariconadillas con leche y almendras.
Los maestros suizos chocolateros afincados en Francia están perdiendo el norte (de España).