martes, 16 de diciembre de 2008

Suchard

Desde que hace más de un mes las tiendas empezaron a amenazarnos con productos navideños, sufro cada vez que voy al supermercado. Allí, cientos de barras doradas Suchard me dicen: "Orosica, ¡cómeme!" Yo aprieto con fuerza la mandíbula, me tapo los oídos, miro para otro lado, uso técnicas de relajación, cuento obsesivamente desde el número cien hacia atrás de siete en siete, tarareo canciones, practico la "parada de pensamiento", susurro mantras... Así he conseguido sobrevivir este tiempo sin caer en la tentación.

Sin embargo, hoy he sucumbido. Conscientemente. Es mi primer día de vacaciones y Bph pone el portal de Belén y las luces intermitentes. ¡Hay que celebrarlo! Voy a Mercadona y lo busco. Está colocado en una situación privilegiada con respecto a sus compañeros los dulces navideños. Es el REY de los postres. Los sucedáneos, tristes barras de chocolate con arroz inflado, no le hacen sombra. Carecen de su textura cremosa, de su olor profundo, de su gusto suave. Los turrones duro, blando, de yema o de mil sabores imposibles quedan eclipsados. Por no mencionar el resto de las porquerías que se comen estos días, por muy divertido que sea decir "pamplona".

Los creativos de la empresa han tratado de engañarnos con productos que nunca llegarán a la altura del Clásico por mucha galleta, avellanas o chocolate blanco que le pongan. Eso son perversiones de un producto único abocadas al más mísero fracaso.

¿Qué pensaría el señor Philippe Suchard de esto?

Philippe Suchard fue un chocolatero y empresario suizo que nació el 9 el octubre de 1797 en Boudry y murió el 14 de enero de 1884 en Neuchâtel. Según las memorias de su hermana, Suchard quedó impresionado por primera vez de las posibilidades de ganancia que ofrecía la industria chocolatera a los doce años, cuando se fue a Neuchâtel, a dos horas de su pueblo natal, para comprar chocolate a su madre enferma. En aquel entonces una ración de 500 gramos costaba tanto como un obrero solía cobrar por tres días de trabajo.

Este comienzo lacrimógeno propio de Andersen no tiene nada que ver con la vida de este personaje. Se trataba de un hombre emprendedor con ánimo de lucro que además del chocolate invirtió en otros muchos campos: barcos a vapor, conducción de ríos en la región del Jurá, yacimiento de hierro, industria de asfalto, seda y macarrones... además de ser un viajero incansable. Este talento no fue heredado por sus descendientes y en tres generaciones la empresa fue comprada por una familia francesa.

Como veis no puedo pasar sin ilustrar a mis lectores. Milka (que no es Lindt pero aún vale) fue creada en 1901 como la primera marca de chocolate de la familia Suchard. También los caramelos Sugus fueron creados por la empresa Suchard en 1931. Los azules de piña, los mejores.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Confesiones catastróficas


Sí. Lo confieso. Me encantan las películas de catástrofes. Sobre todo esas que a los veinte minutos de empezar ya sabes quién va a morir, quién es el histérico que los va a poner a todos en peligro y quién va a tener la idea feliz que les salve. Y, por supuesto, quién va ligar con la rubia.
Todo empezó con El coloso en llamas. Desde entonces los jefes de bomberos son para mí un modelo ético y moral a seguir. No como esos alcaldes de pueblo que se mueven más bien por razones económicas, como el de Tiburón o Dante’s Peak.
Prefiero las películas de catástrofe natural, como Terremoto, Avalancha, Cuando Rrruuuge la marabuntaaaa… pero nunca le haría ascos a un Aeropuerto o un Poseidón.
La genética y la biología molecular han abierto un campo nuevo de epidemias de virus mutantes que se transmiten a través de la mirada, y el cambio climático, fuente inagotable de futuras tragedias, incluyendo glaciaciones.
Esta afición mía no tendría nada de particular si no fuera por la manera en que empieza a influir en mi vida. Las últimas lluvias han generado en mi interior una preocupación tal que a veces me cuesta conciliar el sueño. Todas las mañanas tengo que sentarme en el mismo lado del autobús para controlar el crecimiento del caudal de lo que antes era un pequeño arroyo que pasaba detrás de casa y que, poco a poco, se ha transformado en lo que ya parece un digno afluente del Ebro. A veces, incluso, me imagino subida al tejado, debajo de la lona de la tienda de campaña canadiense, con una lata de fabada litoral como único alimento, esperando que unos fornidos bomberos me rescaten. Lo que aún no tengo muy claro es cómo colocar la lona para que quede tirante y no cale. También me gustaría saber dónde venden sacos de arena para tapar puertas y ventanas. Como veis, es mucha mi preocupación. ¿Qué hago? ¿Será mejor comprar latas de melocotón en almíbar? ¿Sería capaz de comerme la comida de la gata? ¿Y a la gata? No puedo con esta desazón…

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Calzados Buesa

Tras estas semanas de temática zoológica, permitidme, oh lectores, que os lleve de nuevo al incomparable marco del Pirineo Aragonés, inagotable fuente de inspiración.

En esta ocasión quisiera evocar Radio Jaca a principios de los años 50. Esta cadena local de limitadísimo alcance transmitía noticias, concursos, lecturas de obras de teatro y programas de canciones dedicadas. Probablemente hubiera caído en el olvido y yo no estaría ahora escribiendo sobre ella de no ser por sus increíbles cuñas publicitarias, recordadas y recitadas por jacetanos de generaciones posteriores. Veamos un ejemplo:


"Mira, Pascual, qué señora,
tiene aspecto de francesa.
¡Cómo anda, cómo pisa,
si parece una marquesa!”
“No te cueles Saturnino,
esa señora es jaquesa.
Y si camina garbosa
sólo estriba en una cosa
lleva zapatos de Buesa”
“¿De Buesa dices? ¡Caray!
¿Y esa casa dónde está?”
“En la calle Echegaray”
“Allí mi mujer irá”

lunes, 3 de noviembre de 2008

Buffy´s back

Yeah babe! She´s back with all her friends. Awesome!

En esta época incierta de crisis económica, atentados terroristas, elecciones en EEUU, dramas en el Estrecho y libros sobre la Reina queda un atisbo de esperanza cada tarde a las 19:15 en la 2.

El día menos pensado prohiben las transmisiones de fútbol
y reponen Sailor Moon.
Insisto.


martes, 21 de octubre de 2008

Un muerto = mil pesetas


Hasta hace unos años, se pagaban mil pesetas por cada certificado de defunción firmado. Era un dinero que se incluía en los honorarios de la funeraria y que llegaba al médico de manera extra-oficial: un celador le entregaba el billete de 1000 en mano.
Normalmente, al ser una cantidad pequeña, se dejaba de bote para los cafés de media mañana de enfermería, lotería de navidad o cosas así. Sumando, sumando, entre unos cuantos servicios pagaban el canal Plus y tres periódicos diferentes cada mañana en la salita de estar. Así se creó un sitio ideal para confraternizar con los compañeros o para el estudio interdisciplinar de los casos más complicados durante las guardias. Y si había fútbol, mejor. Se cuenta incluso que algunos servicios organizaban "La cena de los muertos" con las ganancias del año.
Más adelante, el pago empezó a hacerse con un recibo y resultó que, en el trayecto desde la funeraria hasta el médico, se perdían al menos tres cuartas partes de la cuota. La cantidad entonces ya era considerable como para donarla graciosamente a los compañeros. Al fin y al cabo, en una buena guardia, especialidades como Cardiología u Oncología podían sacar un buen pico con el añadido de que, el que llegara justito a fin de mes, tenía múltiples medios a su alcance para solucionarlo.
En algún momento alguien pensó que era absurdo pagar a los médicos un extra por hacer su trabajo y esa bonita tradición se perdió, y con ella el canal plus y la salita de estar.


miércoles, 8 de octubre de 2008

Mi familia y otros animales

Cuando Orosia se fue a Sevilla dejó un vacío que parecía imposible de llenar. Me apunté al gimnasio, probé el método Pilates, hice pesas, pero eso no me servía de nada.
Después probé en la cocina, un día hice un plato de pasta con salsa napolitana (de bote, por supuesto). Tampoco eso funcionaba. Me aficioné a los puzzles, consideré los sudokus, escribí un libro, me presenté al MIR, pero seguía completamente desesperada. Hasta empecé a leer filosofía, historia del arte, mandé una carta a Saber y Ganar, creé un blog.
Pero nada llenaba ese terrible vacío, inmenso como el universo.
La solución al final llegó de la manera más inesperada.
Ofelia me hizo un regalo muy especial por mi cumpleaños, se llama Nepenthes Alata y colabora en la “desinsección” de la casa, os la presento en la primera foto.
La nueva reina del Castillo es Felisa y, aunque no se lava los dientes tan bien como Orosia, también nos hace muy felices.
Ahora, por fin, vuelvo a sonreír.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

El ratón glotón

Érase una vez un ratoncito feliz que vivía en un jardín. Sus papás siempre procuraban darle una dieta equilibrada, pero él soñaba con probar la pizza y el chocolate.
Siempre le decían:
- No comas lo que no es tuyo, te puede sentar mal.
Pero eso a él no le preocupaba, pasaba el día jugando con las lavanderas y los petirrojos, peleándose por las fresas.

Un día encontraron una rendija bajo una puerta metálica. Las lavanderas le dijeron:
- Ratoncito, ratoncito, a que no te atreves a entrar en esa casa.
- ¡Claro que me atrevo!, ahora mismo os cuento lo que hay dentro.
El primer día avanzó unos pocos pasos, pero enseguida llegó un humano y se asustó. Al día siguiente lo volvió a intentar: "Sólo tengo que saber cuándo está vacía la casa y podré entrar a investigar tranquilamente".

Poco a poco se fue confiando y recorriendo todos los rincones de la habitación. Encontró un escondite perfecto dentro de una esterilla de plástico y no pudo ser más feliz cuando vio una tableta entera de chocolate a la menta esperándole. Cada día, comía un poquito de chocolate y mordía una esquina diferente de uno de los bricks de leche. Los polvorones de La Estepeña, sin embargo, no fueron de su agrado.

Un día se oyó gritar al homecón:
- ¡Horror!
- Querrás decir Error - contestó otra voz.
- No, no, ¡horror!, ¡un ratón en el garaje! Está todo lleno de cagarrutas.
- ¿Cómo es posible? - se preguntaba Error mientras las hojas secas se colaban por debajo del portón - Habrá que echar veneno.

A la mañana siguiente el ratoncito volvió y no encontró el chocolate. En su lugar había unos granos muy apetitosos de color azul. Se acordó de su tío: "El azul es malo...", pero como era un poco daltónico el azul le pareció más bien verde y comió un poquito. Al día siguiente un poquito más, y así durante toda una semana hasta que se empezó a encontrar mal, cada vez peor, y un día las lavanderas encontraron su cadáver junto a la puerta metálica.

El forense llegó rápidamente a una conclusión:
- Ha fallecido por una hemorragia interna mortal. Y parada cardiorrespiratoria.

Y ese fue el trágico final de nuestro ratoncito valiente y comilón, que dejó el garaje plagadito de restos orgánicos.

Moraleja: no te pases con el sintrom.

martes, 16 de septiembre de 2008

SE BUSCA



Esta mañana, entre las 10 y las 14 horas, ha sido secuestrado un enano de jardín. Lleva un jersey rojo y gorro azul. Tiene miedo a la oscuridad y necesita cargar durante el día la batería de su farolillo.
Se atribuye la acción a una de las facciones más violentas del Frente de Liberación del Enano de Jardín, establecido en Asturias.
A quien corresponda: Por favor, devolvednos a nuestro enano, no podemos vivir sin él. No le dejéis solo en la oscuridad. Le gustan los pimientos de Padrón para cenar y suele desayunar cola-cao con galletas.

¡Enanito, te echamos de menos!

miércoles, 27 de agosto de 2008

Las amonestaciones o cuando las abuelas van a Lindt


La última vez que visité a mi abuela escuché varias veces la misma conversación:
Abuela Catastrófica: "Pues ayer el cura amonestó a la vecina del 2º, que se casa en septiembre."
Abuela de otro: "¿Pero esa chica no estaba casada? Si ya tiene dos hijos de seis o siete años."
Abuela Catastrófica: "Eso pensaba yo, pero se ve que no."
Yo, en mi inmensa ignorancia, pensaba que qué anticuado el cura, amonestando a la pobre chica, que si ahora le hacía ilusión casarse, pues cuál era el problema.
Para los que seáis tan burros como yo, os diré que, según María Moliner, amonestar también quiere decir: Publicar en la misa mayor los nombres de los que se van a casar para que si alguien conoce algún impedimento para su matrimonio, lo haga saber. Lo que, en menos cristiano, se podría traducir por echar balones fuera.
Pero se ve que la iglesia intenta adaptarse a los tiempos modernos y ahora se casa cualquiera. ¿Será posible incluso que algún día veamos mujeres curas? Pues vaya lío con esto de los géneros, ¿habrá curas y curos, sacerdotas y sacerdotos?


Las abuelas pirenaicas, por eso de la proximidad geográfica, van todos los años a Lourdes con el cura amonestador y se da la feliz casualidad de que la fábrica de Lindt de Francia les pilla de paso. La última vez que el cura sugirió anular esa parada quedó claro que la afluencia al lugar de las apariciones iba a ser mucho menor. Y no es que las abuelas cometan el pecado de la gula, es que los nietos catastróficos están esperando como agua de mayo la bolsa de medio kilo de bombones. El grado de sofisticación de las abuelas ha ido aumentado paralelamente al descenso del disimulo, y ya van todas con las bolsas térmicas preparadas.
Aunque yo, que soy muy purista en esto del chocolate, preferiría una tableta de 70% puro cacao, y no esas mariconadillas con leche y almendras.
Los maestros suizos chocolateros afincados en Francia están perdiendo el norte (de España).

lunes, 11 de agosto de 2008

De tiendas

Llevo años buscando la petite robe noire que toda mujer debe tener en su fondo de armario. Se trata de un vestido de inconfundible corte audreyiano, discreto y elegante, como era ella. Se trata de un vestido que cuando te lo pones, tu figura se estiliza, tu cara se embellece, tus cabellos se ordenan en un clásico moño italiano. De repente, eres ella. Desgraciadamente aún no lo he encontrado.


Esta tarde he salido de nuevo de expedición. No hubo suerte, pero me sumergí durante un rato en el baúl de los recuerdos. Todo empezó en la primera tienda. Mientras esperaba mi turno en el probador observé a una adolescente que sujetaba con fuerza la cortina de una de las cabinas impidiendo que se viera un ápice del anterior. “¡Una tarada más!”, pensé, pecando de deformación profesional. ¡Qué equivocada estaba yo! ¡Qué razón tenía ella! En ese momento llegó una mujer y con la fuerza de un huracán cogió la cortina e intentó abrirla bruscamente. “¡Mamá!” protestaron dos voces al unísono. ¡Claro!, la chica estaba protegiendo a su hermana de la impudicia de su madre, que como todas la madres abren los probadores mostrando al mundo la gloria del cuerpo de su niña. ¡Cuántas veces yo misma he exclamado ese “mamá” indignado!

Ir de tiendas me resulta cada vez más aburrido, pero guardo algunos recuerdos agradables. De niña me gustaba mucho ir a cierta tienda de la calle Uría donde los probadores tenían espejos enfrentados. Disfrutaba bailando, viéndome mil veces repetida, sintiendo que mis dobles y yo éramos un conjunto de vicetiples de Hollywood. También el día en que mi madre dijo muy orgullosa al salir de Bershka: “Ya sé lo que son las “gochas”. Las del probador de al lado eran unas “gochas”, ¿a que sí?” En otra ocasión, probándome un vestido de Noche Vieja, la madre del probador de al lado comentó a la mía: “Es que todos los vestidos les quedan bien, porque con esos cuerpos …” La vez que mi madre y yo nos llevamos una camiseta sin darnos cuenta metida entre las varillas del paraguas. Era de mi talla y la usé mucho. ¡Qué suerte! El momento en que te enamoras de una prenda que tienes que comprar porque si no, no te quedarás tranquila, y la felicidad de estrenarla. El momento de cálculos mentales sobre lo barato que te sale y lo mucho que ahorras. (Véase “Lo Barato sale Caro", publicado por Error en Mayo) Las dependientas de algunas tiendas que trabajan a comisión y que te dejan hecha un adefesio. Los días optimistas cuando todo te gusta y vuelvas a casa como Pretty Woman. Los días pesimistas cuando lo miras todo con cara de “Fó, qué asco”. En una ocasión escuché esta conversación ilustrativa: “Hoy estamos deprimidas, ¿eh? Que no compramos nada”. Y el momento más atroz resumido en una sola palabra: bikini.


¿Y por qué salí de compras hoy a las 19:00h? Porque de nuevo el deporte me juega una mala pasada. A causa de las Olimpiadas han dejado de emitir Buffy en la Dos. ¿Por qué se empeñan en hacerme la vida imposible? ¿Qué he hecho yo para merecer esto? Si pudiera, volaría cual murciélago hasta Pekín y atravesaría el corazón de todos los involucrados con una estaca.

Mientras tanto me conformaré con unos spuffy moments.


domingo, 27 de julio de 2008

¡Feliz 1000 Cumplekm!

La semana pasada mi querido Audace Platita cumplió los 1000km. ¡Qué orgullosa estoy de él! Recuerdo el viernes que fui a recogerlo con Msa. ¡Qué nervios! ¡Qué estrés! Guiada por los consejos para la conducción en la vida real de mi acompañante recorrimos todo Sevilla y lo aparcamos no demasiado lejos de mi casa. ¡Qué lindo se veía resplandeciente bajo el sol estival! Me parecía coche más bonito de la fila, de Sevilla y del mundo.

El día siguiente hizo su primera excursión a la playa. Su primer viaje, sus primeros aplausos, su primera gasolinera, su primera retención a la salida de Sevilla, su primer adelantamiento a un camión, su primer rodeo para llegar a la playa porque nos equivocamos, su primera rata atravesándose en la carretera … Un día agotador para los dos. Esa noche no pude salir.

El lunes lo llevé a trabajar. 20km. Y dormí 45 minutos más. A la vuelta a Sevilla fui formando caravana con mi jefa detrás de mí. No pasa nada. Sólo que al día siguiente llegué más tarde porque tenía que ir al banco y mis compañeros estaban preocupados por si había tenido un accidente. Por supuesto que ya no formo caravana.

Desde entonces vamos todos los días juntos a La Rinconada y hemos vuelto a la playa en dos ocasiones. Gracias a Error que me regaló un mapa de carreteras ya no erré más el camino. Y también tengo un llavero erróneo que dice mi edad y ¡Qué sexy! para cachondeo de los muchachos de la gasolinera.

Aún me queda por resolver el problema del aparcamiento. Mi pobrecito pasa horas bajo el sol abrasador y la pobrecita de mí pasa horas buscando donde aparcar. Cuando por fin encuentro un hueco suele haber un gorrilla para dirigir la maniobra. Yo que siempre he echado pestes de ellos, ahora disfruto de su trabajo, que me ahorra tiempo y quebraderos de cabeza y es de agradecer a las 15:30h. En todo caso, pronto dejarán de ayudarme, porque conmigo pierden dinero. Ya ha ocurrido alguna vez, que en el tiempo en que me ayudaba a aparcar, otros coches llegaban a la fila y el gorrilla no podía acercarse a extorsionar a sus conductores.

Conclusión: a pesar del estrés de conducir según por donde, a pesar de llevarme algún susto de vez en cuando, a pesar de lo caro de abrevar a 70 caballos sedientos, a pesar de que llevo un telépata cabrón que se cala en cuanto pienso “que no se cale”, a pesar del problema de aparcamiento … TODO SON VENTAJAS. Y estoy encantada con mi audacísimo y cada vez menos plateado auto.

jueves, 24 de julio de 2008

¿A qué huelen las nubes?


Orosia siempre tuvo claro que ella no quería trabajar en un hospital. No soporta el olor de los pasillos a comida mala, a enfermedad, orines y cosas peores. Pero claro, estamos hablando de una persona que lo huele todo. Le dices, por ejemplo: "Mira, me he comprado una camiseta." Antes de comprobar si le gusta, si es de su talla, antes incluso de fijarse en el color, se la acerca a la nariz. Y así con todo: libros, CDs, ¡hasta los platos antes de servir la comida!

Tal vez lo que quiere es capturar el momento, porque el poder evocador de los olores es sorprendente y, a veces, inquietante. El olor de una amiga que utiliza la misma colonia desde los 15 años, el olor del portal de casa de la abuela...

Pero muchas veces yo desearía poder prescindir de ese sentido. Ayer por la mañana, sin ir más lejos, caminaba por el hospital detrás de una señora que se había puesto una sobredosis de colonia. Afortunadamente no era uno de esos pasillos llenos de miasmas que favorecen la formación de una mezcla olorosa de propiedades emetizantes. Y es que con el tiempo, las personas se van acostumbrando al olor de su colonia, y piensan que si ellos no la huelen, los demás tampoco, y así deciden no privarnos de ese placer.

El mayor error de la historia de los perfumes se produjo cuando alguien decidió sintetizar el aroma de coco, y después, comercializarlo. Prefiero estar en una habitación pequeña respirando laca que al lado de una persona que use colonia de coco. Prefiero pelar cien cebollas. Prefiero cincuenta pasillos de hospital. Pero, ¿qué piensan las que la usan?, ¿que es un olor sensual y tropical?

Desde aquí hago un llamamiento para que se boicoteen todo ese tipo de productos.

martes, 22 de julio de 2008

O.T: La Final

Hoy es la Gala Final de Operación Triunfo. ¡Virginia estamos contigo! Y en contra de Pablo que nos cae fatal.

No os lo podéis perder, ni siquiera aquellos que vivís por el mundo extranjero. Creedme, vosotros también estáis con Virginia.
Por fin la última gala (casi tan emocionante como la transformación y la boda de Bea). Estos meses he visto las tres primeras canciones casi todos los martes, porque las 23:00 ya es mi hora de irme a la cama. Tal vez hoy lo retrasen todo aún más y me tenga que acostar sin que nadie haya cantado. De todas formas, confío en que vosotros lo veáis por mí y me informéis convenientemente.
Y ya sabéis. Escribid "Virginia" al 5555.

martes, 8 de julio de 2008

Imposible el alemán

¡Qué razón tenían quienes así cantaban! Afortunadamente mis conocimientos de danés y sueco me resultaron algo útiles para entender las palabras turísticas de rigor: puerto, aeropuerto, plaza, puerta, iglesia, rey … Incluso tuve la ilusión de que entendía el alemán viendo la tele. ¡Qué flipe! Después me di cuenta de que había cambiado de canal a TV5Monde.
En cualquier caso, antes de seguir quiero agradecer públicamente su invitación a la cosmopolita Pga, que ha demostrado ser una anfitriona excepcional. Me alojé en su acogedor pisito que está en un altísimo cuarto piso sin ascensor de un edificio de 1920 que tiene las escaleras más bonitas del país, según mi criterio de las 6 de la mañana del sábado.

De mi primera experiencia en tierra alemana concluyo que los alemanes tampoco son más guapos que los daneses. Una pena porque son mucho más numerosos. Estando en la ciudad de Leibniz, me sorprendí de ver tan pocas monadas, (despistados remítanse a Filosofía de COU).

Hannover es la ciudad más tranquila del mundo conocido por mí. Apenas hay coches por las calles y los pocos que hay son muy silenciosos. Una moto macarra es impensable en ese paraíso acústico. Se respira un ambiente de paz que da la impresión de que nada malo puede suceder. Lo disfruté esperando en todos los semáforos aunque no hubiera un coche en 3km a la redonda, porque da vergüenza ser la única que cruza en rojo. Además esperaba en los pasos de cebra y tras unos segundos de mirarle la cara al conductor parado, me daba cuenta de que la prioridad era mía. ¡Qué feliz sería conduciendo mi Audace platita por allí!

Es una ciudad poco turística. Se nota en lo limitado de las postales y de las tiendas de souvenirs. Cuando pasé por la Oficina de Turismo, se quedaron tan sorprendidos que no supieron como atenderme, así que no me hicieron ni caso. Afortunadamente, la eficacia alemana se nota en todos los ámbitos de su vida y para conocer las atracciones de la ciudad sólo hay que seguir la Línea Roja. Yo pensaba que era una línea imaginaria que aparece en los mapas, pero no, la línea está pintada en el suelo. Impresionante. Como una Dorothy cualquiera, me dediqué a seguirla durante dos mañanas. Al principio está muy bien, pero en la zona antigua el señor pintor se hizo un lío y los que la seguimos también (opinión contrastada). Aún así vi todo el recorrido e incluso otros lugares de interés, como Continental, la empresa donde Pga hace los mejores neumáticos que un BMV podría soñar.
De los museos señalar el Sprengel Museum de Kunst Contemporáneo, que me gustó mucho. En una sala de esculturas inverosímiles había una silla blanca en medio. “¿Me podré sentar o será una escultura Duchampiana?” Como no había ninguna etiqueta que pusiera “Chaise”, me senté.

Para enseñarme la vida nocturna, me llevaron a cenar a un italiano, a cenar al Rías Baixas, y a bailar al Papichulo. Todo muy exótico, acompañada de un grupo de asturianos, que si no eran exóticos por su procedencia, sí por su profesión porque fue una inmersión total en el mundo de la Ingeniería y de la empresa privada.
Tuve la suerte de que esos días se celebrara el “Schützenfest”, originariamente la fiesta de los tiradores con arco y donde ahora se reúnen los alemanes a montar en los cacharritos de feria, a beber cerveza y Korn y a cantar sus canciones populares. Yo iba avisada de que no era una fiesta nada “chic” y sí muy “proleten” y por supuesto me encantó. Una mención especial al Korn, que es un licor que se bebe con cerveza por metros. Tomas un minichupito de licor servido en una minicopa entre los dedos y un vaso pequeño de cerveza con la misma mano: el licor ha de caer sobre la cerveza al inclinarlo para beber. Francamente complicado no pringarse la nariz.

Salimos por el Barrio Rojo, donde hay una fauna espectacular; a una discoteca en una nave muguay con música muguay; a un karaoke donde una gordita vestida de negro con camiseta de grupo heavy nos cantó Britney; a una terraza que parecía Tarifa …
En fin, que fueron cinco días geniales y volví encantadísima con todo lo que allí conocí. Estoy deseando repetir.

jueves, 3 de julio de 2008

Mientras tanto



Mientras Orosia estrenaba su audacia y deslumbraba a los especialistas en geometría aparcando su C3 platita, en 13 maniobras y media, en un hueco dejado por un W Passat, Error disfrutaba de la brisa mediterránea desde su habitación del Hotel Hilton de Valencia.

Un "Bienvenida Sra. Catastrófica" se leía en la pantalla de plasma cuando sonó el teléfono:

- ¿Srta. Catastrófica?
- Sí, soy yo.
- Buenos días, la llamamos de la recepción para darle la bienvenida bla bla bla...

Pero Error no sólo quería disfrutar de las vistas de su piso 12. También quería conocer la ciudad.

Un malvado visitador médico frustraría su deseo obligándola a ir a comer una paella a un restaurante de lujo recomendado por el taxista, que los dejó en la puerta. El mismo malvado visitador la inscribió en una charla sobre Linfomas, a la que Error, muy formalita, asistió (e incluso tomó apuntes) y para rematar la faena, la llevó a cenar al oceanográfico y de copas a la terraza de una discoteca con vistas al puerto.

Gasto total: elevado. Vergüenza que pasaba la novatilla de Error cada vez que pensaba en la cuenta: incalculable. Conocimiento de la Ciudad de Valencia: nulo.

Por supuesto, la vuelta a casa después de alojarse en el Hilton no podía hacerse de cualquier manera:

Transporte al aeropuerto: Jaguar. Avión Valencia-Madrid, Madrid-Asturias: Primera clase, acompañando a Nek y a Tony Aguilar.

Para qué voy a decir más...

lunes, 30 de junio de 2008

Audace platita

Después de tres meses de madrugar demasiado invirtiendo una hora en un recorrido de 19Km y de esperar por mis compañeros de trabajo para volver a Sevilla, decidí hacerme independiente y comprar un coche.

Yo siempre he sido una ignorante en este tema y clasificaba los coches en grande-pequeño-mediano y por colores. De modo que me centré en lo conocido. Mi primera idea fue un C3, coche que ya había conducido gracias al ilustre Doctor Macareno. Así que fui al Concesionario Citroen, donde me ofrecieron un Km0 a muy buen precio según el vendedor.

Como era el primer coche que veía decidí seguir buscando. Polo, Skoda Fabia, Ibiza, Clío, Peugeot 207, Fiat Punto, Ford Fiesta, Getz, Yaris, Mazda 2, Corsa … en todas sus variantes de modelo y motor. Acompañada de la infatigable Lbp me sumergí en el apasionante mundo de los vendedores que me llaman por mi nombre: elevalunas eléctricos Orosia, ABS con ayuda a la frenada de urgencia, 2, 4, 6 airbags Orosia, airbags laterales, ordenador a bordo Orosia, bluetooth, Mp3, aire acondicionado, climatizador Orosia, limitador de velocidad, encendido automático del alumbrado de cruce Orosia, apoya cabezas traseros escamoteables, limpia parabrisas automático… y ¡volante regulable en altura y profundidad! Para cuando llegaba a este punto, estaba tan mareada que ni recordaba que me llamaba Orosia.
De todas esas cosas que me decían, ni idea; pero yo, fiel a mí misma, estaba encantada con los nombres de los colores: blanco blanquise, sheer yellow, naranja salamanca, rojo lucifer, rojo infierno, rojo aden, hip hop red, azul lucia, azul de china, azul neysha, azul montebello, sky blue, blue onyx, leaf green, gris fer, gris manitoba, gris thorium, space silver, negro obsidien, negro mica, ebony black… y todo lo que queráis.

Seguí incombustible la búsqueda del chollo, pero desengañémonos: los coches son caros. Todos los coches son caros ergo ningún coche es barato. Y quién diga lo contrario miente.

Por fin volví a otro Concesionario de Citroen para comprobar que realmente mi primera elección era la más adecuada a mi presupuesto y necesidades. Entonces visité todos los Concesionarios Citroen de Sevilla y después de volvernos locos el Doctor Macareno, los señores vendedores y yo, después de regateos con un vendedor desesperado por la crisis, me decidí.

Un divinísimo C3 color Gris Aluminium (“platita” según el comercial) modelo Audace (al volante carezco de ella), con motor diésel (sí, la gasolina es más barata) Hdi 70CV fue el elegido.
Después vendrían el estudio de seguros y la búsqueda de una plaza de aparcamiento, pero eso ya es otra historia.

jueves, 26 de junio de 2008

Dejadme vivir

Después de un día agotador acabo de llegar a casa con la sana intención de jartarme de episodios de Candy Candy y Sailormoon. Sin embargo, no sé si esto va a ser posible. El estruendo [corre, corre, tira, huyyy ¡Gilipollas!] que llega desde el bonito patio andaluz no me permite oír los elaborados diálogos de mis heroínas. ¿Qué motiva este ruido ensordecedor [¡Hijoputa! ¡Venga, venga, venga, mieerda!] que se salta a la torera las normas de convivencia de mi comunidad? El fútbol. ¿Por qué ningún vecino protesta del escándalo [¡eeeeeeeeh! ¡Aaaaay!] como ocurrió en mi reunión eurovisiva Chikichiki? Porque es fútbol.

¡Qué emoción que juega la selección! ¿Pero no decían que no pasaban del cuartos? [Joder, joder, maricón] Entonces, ¿por qué tengo que soportar esto?

Reconozco que tendría que estar habituada. Viviendo en la ciudad de béticos y sevillistas, una debería saber aguantar estos acontecimientos. He vivido el Centenario del Sevilla, con sus banderas colgadas en la ventanas y el homenaje en la portada de la Feria. He vivido el Centenario del Betis, con sus banderas colgadas en las ventanas y el homenaje en la portada de la Feria. He vivido la UEFA del Sevilla (creo que varias veces). Lo mismo con no recuerdo qué otra Copa muy conocida (por los demás). La triste muerte de Puerta y la conmoción general. Incluso me sé el himno sevillista y el estribillo bético.

Pero por favor, dejadme vivir. Cuando hay algún acontecimiento futbolístico la ciudad se paraliza. En una ocasión, tras media hora de esperar un taxi, por fin aparece uno. “Llevo mucho rato esperando. ¿Qué pasa que hoy no hay taxis?” “ Ná, que los compañeros no salen hoy.” “Ah, no sabía que había huelga.” “No, qué va. Que juega el Betis.” Otro día libre de taxis caminé vestida de pijama de hospital todo el centro de la ciudad, durante 45 minutos, aguantando los gritos de todos los borrachos, porque el Sevilla había ganado … algo. ¿Por qué todos los taxistas ven todos los partidos? [Gooooooooool. Aplauso. De puta madre] Mis series favoritas las retrasan hasta que termine el partido de fútbol y en ocasiones me he acostado sin verlas. Por no hablar de lo interesante de los telediarios y lo enervante de los locutores de radio. [Más gritos entusiastas pero parece una jugada fallida]

Como no-aficionada espero que se respeten mis derechos a una vida digna. En caso de que esto siga así, tendré que tomar medidas porque
¡Soy la Guerrero Luna que lucha por el amor y la justicia!

Por el poder del cristal lunar
[uuuuuuuh Sailormoon]
¡TRANSFORMACIÓN!

Espiral lunar del corazón,
¡ATACA!

miércoles, 25 de junio de 2008

Eurosia, Orosia, "el buen rocío"

Hoy, día 25 de Junio, con motivo de mi onomástica, me quiero homenajear contándoos mi triste y terrorífica historia.
Nací en el año 855 en la ciudad de Laspicio en Bohemia. Hija del jefe Mojslav, quedé huérfana en muy tierna edad y fui adoptada por Ludmila, la primera santa de Bohemia y su esposo el gran duque Borijov. Recibí el bautismo en la primera iglesia de Bohemia, cerca de Praga.
Mientras tanto en Aragón se libraba una dura lucha contra los sarracenos. El heredero al trono, Fortún Garcés necesitaba una mujer cristiana y digna que le acompañara en tan ardua labor. Yo fui la elegida, por ser hija de héroes, bella y virtuosa.
De camino a mis esponsales, en la montañas pirenaicas mi comitiva fue encontrada por el ejército mahometano. Mis acompañantes fueron asesinados, pero yo pude salvar mi vida al quedar el jefe Aben Lupo prendado de mi belleza sin igual. Me propuso abandonar mi fe, convertirme al Islam y contraer matrimonio con él. ¡Jamás! ¡Nunca renunciaría a mi religión!
Temerosa de que el infiel Aben quisiera injuriarme tomándome por la fuerza decidí huir por las montañas. Fue una dura carrera por una pendiente muy empinada, arañándome los brazos entre árboles y arbustos, sorteando el río y la cascada, parando en escasas ocasiones para recuperar la respiración. Cuando por fin llegué al puerto y pensaba que había dejado atrás a mis viles perseguidores, fui alcanzada.
El cruel sarraceno, furioso conmigo por haber desdeñado su proposición, quiso vengarse martirizándome. ¡Qué poco sabía él el favor que me estaba haciendo, ayudando de esa manera a inmortalizarme para siempre! Así, me cortó una mano y luego la otra; después un pie y luego el otro; y finalmente me decapitó. Allí quedó mi pobre cuerpo sangrante, maltratado, descuartizado, abandonado, pero no ultrajado.
Don Fortún, mi príncipe prometido, informado de lo sucedido, se acercó al lugar de los hechos. Me encontró, me lloró y me enterró. Después, con toda la rabia de su corazón destrozado, se lanzó a la Reconquista con un odio profundo, ganando en nuestro favor mil batallas.

Nadie supo de mí durante 200 años hasta que llegó el cándido pastorcillo Guillén, manso como sus ovejas, al que decidí aparecerme. Pasmóse el pobre Guillén, pero al hacer brotar un manantial allí donde mi cuerpo había sido separado de mi cabeza ¡Milagro! creyó mi historia y se avino a hacer lo que le solicité. Pedí que construyeran allí en lo alto, a donde se llega por un camino intransitable, una ermita en mi honor. Pedí que bajara mi cuerpo incorrupto por esa senda endiablada y durante todo el trayecto demostraba mi santidad haciendo brotar frutos en los árboles, haciendo crecer la hierba, haciendo florecer las plantas. ¡Milagro! Pedí que dejara mi hermosa cabeza en el pueblo de Yebra de Basa y que llevara mi cuerpo hasta Jaca. Durante el camino curé a los cojos para que anduvieran, a los ciegos para que vieran y a los sordos para que oyeran. No hubo enfermo que no sanara a mi paso ni endemoniado que no recuperara su razón. ¡Milagro! Cuando por fin llegué a la ciudad de Jaca, hice una entrada triunfal, como corresponde a una princesa, y todas las campanas tañían estruendosamente canciones de gloria y alegría. ¡Milagro! ¡Milagro! ¡Milagro!

Desde entonces no he cesado de hacer prodigios, milagros y maravillas. Mi especialidad, como sabéis, son los endemoniados y espirituados. En otra ocasión os relataré cómo hago para sanarlos.
Quiero concluir diciendo que logré la corona de martirio el 25 de Junio de 714. ¿Cómo es esto posible si nací en el año 855? ¡Milagro!

viernes, 13 de junio de 2008

Valenciaaaa

Mi fulgurante carrera como residente de hematología (que se resume en dos semanillas de rotación en nefrología...) ya empieza a dar sus frutos: me voy de congreso.
¿Que qué sé yo de la hematología y el tratamiento de los linfomas en este momento? Más o menos lo mismo que tú, oh, lector. ¿Y qué sabré después del congreso? ... Espero saber cómo se prepara una buena paella valenciana.
Me quedé sorprendida y maravillada cuando me avisaron. Y también me dio la risa.
Para hacer la capullada total ya he recibido unos cuantos consejos:
1. llevar una maleta grande para arramplar con todos los bolis, libretas, reloj-despertador-linterna y demás pijadas de propaganda
2. hacer lo mismo en el hotel
3. no aparecer por ninguna de las charlas
4. agarrarme una borrachera a costa del representante del laboratorio que nos financia (vamos a hacerle publi aquí, pa que no se diga)


El cuarto punto tiene el aliciente de quedar bien delante de mi tutor y los demás eminentes hematólogos, para que no se olviden de mí.
¿A alguien se le ocurre algo más?

martes, 10 de junio de 2008

Mi Comunidad


Quiero compartir con vosotros este texto, reproducción íntegra y exacta del que esta semana apareció en mi portal junto al ascensor y que además tuvieron la gentileza de repartir por debajo de la puerta de todos los pisos. A esto hay que añadir que está impreso en un papel con el membrete de Abcdario Jurídico S.L. Pienso que el escrito habla por sí mismo y he omitido todos mis comentarios y los de Bph.


Normas de convivencias en la Comunidad

Queda prohibido desarrollar actividades que produzcan ruidos y molestias a los vecinos desde las 24:00 de la noche hasta las 8 de la mañana. Igualmente desde las 15:00 a las 17:30 horas, por cuantos dichos horarios se destinan al descanso de los habitantes de la Comunidad.

Los propietarios y ocupantes de las edificaciones procurarán que no se altere la vida tranquila de las mismas con voces, cantares o ruidos molestos. Las máquinas, aparatos de radio y televisión, los de limpieza etc., deberán regularse en su intensidad a fin de que el ruido no trascienda del ámbito del propietario piso o local que se utilice, y si ello resultare imposible por sus características, se utilizarán en horas que no sean las habitualmente dedicadas al descanso. Se procurará que los niños jueguen en las zonas destinadas a esparcimiento.

Los propietarios que tengan en la Comunidad perros deberán sujetarse a las siguientes normal, además de las reglas dictadas por la Autoridad competente:
  1. Los perros deberán ir siempre atados y con bozal, esto es, que bajo ningún concepto deberán ir sueltos por los recintos de la Comunidad.

  2. Se evitará totalmente que estos perros hagan sus funciones fisiológicas en patios comunes, azoteas y otras zonas comunes de la Comunidad.

  3. Que los perros deberán estar provistos de la correspondiente documentación sanitaria.

  4. El propietario deberá evitar que se produzcan ladridos durante las horas de descanso establecido en el artículo 15 de este Reglamento.
El Presidente o La Junta Propietarios, además de imponer las sanciones que correspondan por incumplimiento de estas normas, avisará a los servicios municipales para la recogida de perros que no reúnan los requisitos mencionados.

Y que conste que a mí también me gustan el silencio y la limpieza.

domingo, 8 de junio de 2008

Yo soy Bea: La Transformación



Por fin ha llegado el momento más esperado de la historia de la televisión. Hoy, a las 22:30, Bea la fea se va a transformar en............ otra cosa. (¡Ya he visto en la portada del Cuore las fotos de la boda y todo!)
¡Que nadie se lo pierda!

martes, 3 de junio de 2008

De los lectores


Tras la clamorosa acogida de mi última entrada, he pasado varios días reflexionado. ¿Es que sólo ha sido leído por Error? ¿Por qué sólo se manifiestan lejanos admiradores ultramarinos? Finalmente he llegado a la conclusión de que el texto no está a la altura de las mentes privilegiadas de los lectores de este blog. ¿Cómo se me ocurre pensar que vuestra cabeza y vuestro cuerpo no estén conectados? ¿Cómo se me ocurre hablar de inodoros? Es más, ¿cómo me atrevo a asustaros ahogando a un Premio Nobel que bien podría ser alguno de vosotros?

Porque está claro que sois gente de mundo y conocimientos y que este tipo de cosas no os pasan. Seguro que nunca os perderíais en la Estación de Delicias (Zaragoza) y que encontraríais las taquillas de autobús a la primera. Ni nunca habéis cogido un tren, metro o autobús en sentido contrario. En Suecia dominaríais todos los medios de transporte con sus múltiples tarifas reducidas y descuentos especiales en menos de tres días. Sois capaces de moveros en cualquier aeropuerto con destreza y eficiencia, con y sin gafas, y nunca habéis escuchado vuestro nombre seguido de “please proceed urgently to gate number 45”. Tampoco habéis perdido la tarjeta de embarque ni el billete del AVE ni habéis llegado al aeropuerto sin ningún documento identificativo.
Nunca os habéis mareado, ni quemado a lo alemán por el sol, ni sufrido una pequeña diarrea por el cambio de agua. Nunca os habéis tapado con un cubrecolchón báltico. Vuestro grado de adaptación al medio que os rodea es tal que nunca os habéis escaldado intentando averiguar cómo funciona la exótica ducha de ese país extranjero.
¡Incluso sois capaces de comer un Kebab sin pringaros!

Y por supuesto sabéis idiomas. Después de ver un tráiler de próximas películas nunca diríais que queréis ver “Coming soon”. Y cuando vais al Corte Inglés y probáis todas las colonias no decidís que “Tester” es la que mejor huele. Ni siquiera pensáis que “Werbung” es el mejor programa de la RTL.

Puesto que creo haber demostrado sois gente instruida, en caso de que algún día erréis, será a la manera de la muy latina Lbp. Un día salió de tiendas a comprar una camiseta de la talla 34, porque quería algo que le quedara flojo. Vio una que le gustaba y la cogió. Para su sorpresa, en lugar de tener la talla en números, venía en letras. Nada menos que la L. “Muy grande”, pensó. Cogió la de al lado y leyó XL. Como si de Julio César se tratara razonó: “Esta es más pequeña, pero aún no es suficiente” Así que cogió la XXL, veinte tallas más pequeña. Porque una vida dedicada a la Historia, no puede pasar en vano.

En resumen, hago propósito de enmienda y a partir de ahora sólo hablaré de temas trascendentales. Ahí lanzo el primero: para esaque estará interesada en la caracteriopatía de los personajes de la última película de Claude Chabrol, que fui a ver al cine el otro día, por supuesto en versión original.

martes, 20 de mayo de 2008

cabeza/cuerpo




Queridos lectores: Lamento profundamente esta larga ausencia. Prometo hacer propósito de enmienda y hablar con vosotros más a menudo.

Hoy quiero comunicar al mundo que día a día voy recopilando méritos para parecerme más a Santa Orosia. Para aquellos que no lo sepáis, esta Santa y Mártir, también Virgen, tuvo el infortunio de ser decapitada. Su triste historia será objeto de otro texto más adelante. De momento sólo decir que yo, si no he conseguido aún separar totalmente mi cabeza de mi cuerpo, estoy logrando un estado de desconexión por lo menos admirable. Los tiempos de tirar los cubiertos a la basura y meter la grapadora en la nevera quedaron atrás y me muevo en unos niveles muy superiores, casi diría que de caótica perfección.

De entre todas mis hazañas hoy voy a relatar dos, ambas relacionada con el váter. Este año la cisterna me ha dado varios disgustos y he tenido que acosar durante semanas a los fontaneros sevillanos hasta que por fin uno de ellos se dignó a venir a robarme. Pasé dos meses de tranquilidad hasta que la cosa empezó a fallar de nuevo: el tirador se iba soltando poco a poco, cada vez más flojo hasta tener que levantar un poco la tapa para poder descargar el agua. Y un día de fuerza y energía, tiré con tanto ímpetu que el asidero salió de su agujero junto con el palo que le acompaña, mi mano lo soltó y cayó al váter, de donde salió por el desagüe arrastrado por la corriente. Pues sí, esto que acabo de relatar no sólo es verídico sino que además, es cierto.

En el día de hoy otro suceso me inspiró para dedicaros estas letras. A las 8:45 llegué cansada y sudorosa de mi clase de flamenco, plataforma genial donde demostrar mi desconexión. Torpe pero limpia, decidí ducharme. Me desvestí y con gran puntería, desde lo lejos tiré mi camiseta al váter en vez de a la bolsa de ropa sucia que tengo a su lado. Sí, en esta ocasión fue puntería, porque allí es donde quería tirarla. ¡Qué disgusto! Y ¿adivináis quién aparece retratado en la camiseta? El ilustre Premio Nobel valdesano Severo Ochoa. ¡Sí! “Mea culpa”. He tirado un Premio Nobel por el retrete.

miércoles, 14 de mayo de 2008

Lo barato sale caro

Todos conocemos el razonamiento maternal: "Hoy he comprado cincuenta latas de bonito de oferta, ¡he ahorrado una barbaridad!" Mi pregunta es ¿cuántas latas hay que comprar para que llegue a notarse una mejoría en la economía familiar? Albergo muchas dudas al respecto, porque puede ser que tener las estanterías llenas de latas de bonito incite a un mayor consumo del mismo, en todo tipo de ensaladas y platos de pasta y, al final, el resultado sea inversamente proporcional al deseado.
(Ya me veía acabando con las existencias de bonito Albo de un Mercadona de Sevilla, que está mucho más barato que en el Alimerka de Oviedo...)
Este mismo principio básico lo aplicó Orosia el año pasado al elegir el vestido que llevaría a cuatro bodas. Feliz casualidad que fueran todos en sitios diferentes y con invitados no-coincidentes, aunque con esto del divorcio exprés, ¿podría dar tiempo a ir a dos bodas de la misma persona en el mismo año?
En fin, el caso es que Orosia echó cuentas sumando la diferencia de precio de los posibles vestidos, el chal, zapatos, bolso, peluquería y regalos, y llegó a la conclusión de que cuantas más veces se pusiera el vestido más caro, mayor sería el ahorro. ¡Y vaya lo que ahorró! Lo suficiente para regalarle un María Moliner a su hermana pequeña favorita, que a partir de ahora podrá elegir entre consultar la rae.es o preguntarle las dudas a María, y así se seguirá esforzando para ser la más pedante.
El Más Difícil Todavía es amortizar un abrigo de visón, sobre todo si hay que ir a comprarlo a Gianni's Fur (remítanse a la entrada "Ring ring"). ¿Cuántas abrigos tendríamos que comprar para que el billete de avión y la estancia en NY nos salgan rentables? Los factores a tener en cuenta en este caso son mucho más complicados que para las latas de bonito: el precio del petróleo que se dejará notar en el del billete de avión, estrellas y situación del hotel, transportes varios y comidas, y lo más importante: ¿cuántas veces nos lo vamos a poner?
Supongamos que ya hemos hecho números, nos hemos paseado por la gran manzana y estamos de vuelta con un abrigo de excelente calidad. En realidad, sólo con un abrigo es imposible amortizar el viaje, pero el presupuesto era limitado... ¿Y ahora qué?
Para aproximarnos al problema con más realismo vamos a inspirarnos en Eva Wilt, suponiendo que es española y vive en Oviedo. Eva quiere lucir su abrigo en la ópera, los conciertos del auditorio, todos los días que haga frío y, por supuesto, en una ocasión muy especial: Los Premios Príncipe de Asturias.
Eva va a acudir con ilusión a la recepción que se celebra anualmente en el Hotel de La Reconquista, tiene preparado su vestido nuevo, zapatos y bolso, perfectamente conjuntados con el abrigo. Justo antes de empezar a prepararse comprueba la temperatura en su estación meteorológica. ¡Maldición! ¡El veranín de San Miguel! 20º en pleno mes de octubre. ¿Qué puede hacer? Llevar sólo el vestido no es apropiado y con las dos cosas va a pasar demasiado calor, ¡no puede saludar al Príncipe con la mano sudorosa! El tiempo se le está echando encima, si no se decide pronto no va a haber ni recepción ni saludo Real para ella.
En un momento de clarividencia se pone el abrigo encima de la ropa interior y sale de casa con paso decidido. Si no se lo quita en toda la velada, no habrá problema. ¿Habrá guardarropa a la entrada? ¿Qué dirá si le ofrecen dejarlo ahí mismo? Dirá que está destemplada, es un argumento médico que nadie puede rebatir.
Pero qué pasa si los nervios le juegan una mala pasada, empieza a sudar y es el Príncipe quien le dice, campechano como su padre: “Señora, parece usted acalorada, ¿no prefiere quitarse el abrigo?” ¿Quién es capaz de decirle que no a un príncipe? Eva, consciente de lo que se avecina, sonríe a medias y se lo cede, dejando al descubierto su cuasi-desnudez. “¡Dios mío!” exclama el Príncipe. La Princesa, lívida y ojiplática sufre un desvanecimiento mientras los guardaespaldas se abalanzan sobre la pobre Eva, protegiendo al Príncipe de este nuevo terrorismo sexual. “¡Señora!, ¡esa celulitis es una atentado contra La Corona!” gritan los guardaespaldas. “Y contra la humanidad...” susurra el Príncipe, más acostumbrado a mantener la compostura en este tipo de situaciones.
Qué escándalo en la sociedad ovetense, justo el día que todas las cadenas nacionales están retransmitiendo en directo. Pobre Eva, que nunca más será invitada a las partidas de brigde.
A la puerta del Hotel de La Reconquista, Eva da media vuelta y vuelve a su casa, pensando en su chaquetita de punto inglés.
Realmente, lo barato sale caro.

martes, 22 de abril de 2008

Que corra la sangre...


Disculpen la ausencia y el título poco sutil. Es que estaba celebrando. Prácticamente todos los que pasáis por aquí ya sabéis a qué viene esto.
Por fin he cumplido una de mis misiones vitales, de las que hablaba cuando empecé este blog, y en un mes seré el último mono del servicio de hematología en el H.U.C.A.
Podéis estar tranquilos, no pienso haceros partícipes de las aventuras y desventuras de Error en el hospital, aunque seguro que haré honor a mi nombre más de una vez. Muchas más.

jueves, 3 de abril de 2008

Escena costumbrista

Escribía un día ykar13 en su fotolog sobre disfrutar de las cosas cotidianas y en ella pensó Error ayer, cuando consiguió poner en marcha la segadora.
Entre las múltiples virtudes de Error destacaba una: su habilidad para estropear cualquier aparato electrónico o a motor que tocaba. Que ni el coche arrancaba a la primera, que si no le decías que ibas pa Luarca, nada, que ése era el único camino que conocía bien. Y Error le mimaba, le decía que lo iba a lavar, y el Zx nada, que eso ya tampoco se lo creía, que menos mal que era gris y disimulaba.
Pero con la segadora se había superado. Cada vez que la tocaba conseguía desenganchar el cable de arranque y había que volver a ponerlo en su sitio manualmente, con paciencia y ayuda de un lápiz o un tenedor.
Error se defendía: "si de verdad que no he hecho nada, sólo tiré para arrancar." Y el homecón examinaba intrigado el desperfecto: "¿Cómo se las arreglará esta chica, si ni fuerza tiene?"
Ayer fue diferente. Error recogía la hierba de la cesta y miraba la esquina del prao que aún quedaba por segar, a ver si le salían rayos de los ojos y se quemaba. Por curiosidad, con mucho cuidado, tiró del maldito cable, para ver el recorrido que hacía e intentar entender qué fallaba. Y la segadora soltó un suave bbbrrrr.
"¿Será posible? ¿La podrá encender?" Error echó un vistazo alrededor, a ver si los vecinos miraban y se acordó de Pepe Viyuela. Como no había moros en la costa, volvió a intentarlo. Un tirón un poco más fuerte y BBBRRROOOOMMMM, ¡segadora en marcha!
Henchida de orgullo (como dicen aquí: no-y cabía una faba en culo) marcha a segar la esquina, con la sonrisa en la cara, y es entonces cuando se acuerda de su amiga ykar13: "Esto tengo que contarlo, ¡menuda hazaña!"
El homecón se ríe, pero se ve que está orgulloso: "A ver si esta moza se hace autosuficiente."
Un rato después Error admira la obra desde la ventana y, como dicen allí, exclama: "¡Otra cosica es!", y le da un largo trago a la cerveza del homecón, que ya está acostumbrado, que a Error todo le sabe mejor si lo coge de su plato.

lunes, 24 de marzo de 2008

Siempre daban una de romanos

No, esto no va de Sabina ni de sus canciones de interminables enumeraciones. Esto va de la Semana Santa. ¿Qué sería del Jueves Santo sin Ben-Hur? ¿Qué sería del Domingo de Resurrección sin Espartaco?
La primera vez que vi Espartaco estaba con mis primas, que por la diferencia de edad no debían ser demasiado pequeñas, gritando: “¡Espartaco culo guapo!” Aunque yo siempre fui más fan de Charlton Heston, en aquella época en que aún era un héroe, que un día luchaba contra Roma y al siguiente contra la Marabunta, y no el viejo cascarrabias presidente de la Asociación Estadounidense de Armas de Fuego. Pero todo se le habrá de perdonar, ahora que tiene la enfermedad de Alzheimer.


Observen su rictus, el fuego de su mirada...
Esta Semana Santa he tenido que recurrir a un canal autonómico para saciar mi sed de historia bíblica y ver a Judá Ben-Hur en Technicolor. No sé quién puede opinar que estas pelis están demasiado vistas para quitarlas de la programación.


Pero la Semana Santa no es sólo cine de calidad. Se ve que, en este país de tradiciones, cada vez nos gustan más las procesiones, las mantillas y los farolillos. Y más aún nos gusta ver a la gente llorar cuando llueve y no pueden salir los pasos.

Por el norte siempre nos cachondeamos de los andaluces llorones, que cómo van a estar preparándose todo el año, que vaya exagerados, bla bla. Pero el año pasado, bajo el sol primaveral sevillano, escuché a la vera verita del Guadalquivir a una banda de música tocando marchas de Semana Santa. Era mayo, doy fé.

Y después de tanta penitencia, una vez pasada la Cuaresma y la Semana Santa, ¡ya nos podemos ir de fiesta otra vez!

miércoles, 19 de marzo de 2008

¡Fuego!


Tiene el fuego algo de purificador y catártico que hace que sea el protagonista de cualquier ceremonia o rito que se precie. Muchas cosas han ardido a lo largo de la historia: Peter Ustinov quemó Roma, los inquisidores a unas cuantas brujas, y ahora, lo que más mola es quemar banderas y fotos del rey.
Pero este gesto en principio simple y contundente, puede entrañar a veces un grado de dificultad no apto para principiantes.

Hace un tiempo, durante las fructíferas manifestaciones contra la guerra de Irak, fui testigo de cómo se pueden complicar las cosas. Un chico se encaramó a lo alto de una farola con una bandera de EE.UU. en una mano y un mechero en la otra. Imagináos el frenesí de la masa enfervorizada, alzando las manos hacia él, gritando, chillando, volviéndose loca. El chico encendió el mechero y lo acercó a la bandera. La gente a punto de alcanzar el éxtasis. Y la primera lección del día: los tejidos sintéticos no prenden.
Nuestro protagonista no se desanimó e hizo varios intentos más, consiguiendo como único resultado agujerear el trozo de tela en varios puntos. El público empezaba a perder el interés, pero una mente preclara solucionó el problema impregnando de alcohol la bandera, que se desintegró en unos pocos segundos.
Tal vez ha llegado el momento de buscar otros métodos menos heroicos pero más eficaces, ¿no os parece?
Para la tranquilidad de los habitantes de Oviedo, os diré que de momento no corremos el riesgo de acabar como Troya. La semana pasada, Error estaba en su habitación, consultando compulsivamente el listado de especialidades médicas en la página del Ministerio de Sanidad y Consumo, cuando un ruido insistente la despegó de la pantalla del ordenador. Asomose a la ventana y pasmose al ver el revuelo formado en su calle: dos coches de bomberos y una UVI móvil hacían sonar sus sirenas. En un momento se vistió y bajó a enterarse de qué pasaba.
Un amable vecino, cámara de fotos en mano (¿¿??¿¿??), le explicó lo sucedido:
- Nada, que se quemó una sartén.
Cara de incredulidad de Error.

- Se ve que empezó a salir humo de una ventana y nadie abría la puerta de ese piso, así que pensaron que alguien se había quedado pajarito con la plancha encendida. Llamaron a la policía, la policía a los bomberos, los bomberos a la UVI móvil, y cuando estaban a punto de echar la puerta abajo, salieron los dueños del piso diciendo que sólo había sido una sartén.
Toma ya, semejante despliegue por una sartén. Carbayones, no temáis, las fuerzas del orden velan por nuestra seguridad.

martes, 18 de marzo de 2008

Ciber-Diva


Queridos fieles lectores:
Llevo varias semanas de silencio y he estado a punto de suprimir este blog dos veces. Pero me daba pena desprenderme de Error, que ya le voy cogiendo cariño. Un par de comentarios recibidos justo a tiempo me han vuelto a animar a escribir, y aquí estoy, recargando las pilas. Puede ser que la posición anti-gravitatoria mantenida durante dos semanas me haya revolucionado las sinapsis. Puede ser que cada vez resulta más difícil ser una Ciber-Diva.

Primero hay que pensar sobre qué quieres escribir, después hazte la graciosa, anima a tus amigos a que te dejen comentarios... Y luego, firma en otros blogs con la esperanza de robar algún lector. Total, un estrés.
Y entre unas cosas y otras, los objetivos que me había propuesto para estos meses se alejan cada vez más de llegar a hacerse realidad.
Bueno, el primero (remítanse a posts anteriores: volver a entrar cómodamente en mis pantalones) medio se solucionó paseando por Buenos Aires y la Patagonia. Se me ha puesto cuerpo de verano y parece que da pereza volver a ponerse abrigo. Debería animarse Esaque a escribir un Esaque en el País de las Maravillas.
El segundo creo que era leer más. Fracaso absoluto. Pocas páginas al día y, a veces, ninguna.
El tercero, pensar qué hacer en los próximos cuatro años. Y ahí ando, consultando obsesivamente qué especialidades han elegido los MIRes de los últimos 500 años, dónde y con qué posición.

En fin, este post viene a ser una nueva toma de contacto. Volveré, con todas mis fuerzas, le pese a quien le pese................... (muchos puntos suspensivos, que parece que visten más)

sábado, 16 de febrero de 2008

Un hecho inaudito, el gran acontecimiento


Dentro de poco tendrá lugar un acontecimiento singular y sin precedentes. Jamás en la historia de los blogs sucedió algo parecido. Sin duda marcará un antes y un después, y las generaciones futuras hablarán de ello. Nuestro hijos y los hijos de los hijos de los hijos de nuestros hijos.

Se va a producir el primer encuentro internacional, intercontinental, interhemisferial y antigravitatorio de Esaque y Error.





Error atravesará el océano, sorteando todo tipo de peligros, poniendo su vida en juego. Mas la recompensa bien merece la pena.
















Esaque espera, hecha un manojo de nervios, la visita de Error y sus audaces compañeras en unas pocas horas...

























Por cuestiones de seguridad internacional, Error se despide de sus fieles lectores (¿¿??¿¿??) hasta dentro de dos semanas. Esaque, ¡vamos a por ti!

domingo, 10 de febrero de 2008

Siguiendo la noticia

El tema de hoy viene por una campaña de publicidad sobre una nueva vacuna contra el virus del papiloma humano, que es un gran avance en la prevención del cáncer de cuello de útero. Me enteré de la citada campaña a través de otro blog, y ya no iba yo muy bien predispuesta después de leer la introducción previa al link. En realidad, cumple su objetivo con creces. Entre violines y monumentos, el que la vea se enterará de que hay una vacuna nueva y me dice La Experta que seguro que ganan premios y todo. No lo pongo en duda, pero reconozco que, la primera vez que la vi, me quedé con las cejas enarcadas pensando: ¿y esto es para informar de una vacuna o es un anuncio de la Cosmo?



Mi campaña de publicidad frustrada es la de los “death-proof jeans”. Os pongo en situación: Ce y Ca, intrépidas estudiantes de primero de medicina, piden permiso para ir al osario del cementerio de su ciudad a recoger material para el estudio de la anatomía humana (asignatura que se convertirá en su favorita y decidirán estudiar varias veces antes de seguir avanzando en su carrera). Ce, con unos guantes de fregar, camina sobre la montaña de huesos ante la alucinada mirada de Ca. Entre el horror y el hedor, una imagen quedará grabada en sus retinas para siempre: el cuerpo de un hombre con sus pantalones vaqueros intactos.


La publicidad y el periodismo son unos grandes desconocidos para mí, sin embargo debo ser un blanco fácil porque llevo años pensando en verde...

Es evidente que un periodista no puede ser un experto en todos los temas sobre los que escribe, pero la idea es por lo menos no soltar burradas.
Me contaba mi amiga la anatomopatóloga (y se me llena la boca al decirlo) que, en un par de autopsias de pacientes con cáncer, habían encontrado un tipo de ameba muy raro. Este hallazgo casual e inesperado fue muy comentado, lo suficiente como para aparecer en un periódico de distribución gratuita mañanera, algo distorsionado: “se descubre una ameba que cura el cáncer”.
El día de la lectura de la sentencia del 11-M me sentí fatal por reírme viendo el telediario (y por eso me acuerdo tantos meses después). Una valiente periodista se había desplazado al lugar de la noticia: la parada de taxis de la estación de Atocha (empezamos bien). Según ella, los taxistas estaban siguiendo la lectura de la sentencia fundamentalmente a través de los medios de comunicación. Me quedé muy sorprendida imaginando por qué otro tipo de medios podrían seguir la noticia, por muy taxistas que fueran, y además, ¿quién les pagaría la carrera?.

También se habla muchas veces de los testigos “presenciales”. ¿Se puede ser testigo sin estar presente o es que en la jerga periodística hay diferentes tipos de testigos? Podría ser, por ejemplo, un testigo normalito, estándar, el que pasaba por allí (y no lo pudo resistir): “Yo pasaba por delante del banco cuando un chico le robó el bolso a la señora, fue todo tan rápido que nadie pudo reaccionar”. El testigo presencial sería el que, además de estar presente, estaba especialmente atento: “Yo salía detrás de la señora cuando aquel chico le robó el bolso, tenía una mirada peligrosa y los ojos inyectados en sangre, seguro que estaba drogado... Intenté correr detrás de él, pero ya sabe, esta cadera, hace ya tiempo que me da problemas...” Este último testigo sería mucho más interesante desde el punto de vista televisivo y saldría varias veces en todas la cadenas contando, cada vez con más detalles, todo lo que ocurrió aquella mañana a la salida del banco. Esperemos que la pobre ancianita no hubiera ido ese día a cobrar su pensión.

Y así miles de ejemplos, pero qué os voy a contar yo que no haya dicho ya Lázaro Carreter. Menos mal que soy de ciencias y tengo excusa.