
Cuando estoy estresada, sintonizo RNE Clásica en el Platita. Esta semana la programación consistía en Haydn: sonatas, sinfonías, cuartetos de cuerda... Consulté en la Wiki qué se celebraba, escamada ante tanta insistencia. Os informo: en el 2009 se cumplen los doscientos años del fallecimiento de este compositor austriaco, francmasón, “padre de la sinfonía” y “padre del cuarteto de cuerda” y según algunos biógrafos padre también de los hijos de su amante la cantante Luigia Polzelli y no de los de su mujer, que no tuvo ninguno.
Sin embargo el viernes por la mañana fue distinto. Enciendo la radio y suena: “tarará tarará tarararaaaaaa” ¡Oooooooooooooh!¡La 40! ¡Qué grande! Los pelos como escarpias.
Y esto me hizo pensar que aunque haya muchos músicos muertos a los que homenajear, ninguno alcanza a las tres Bs. Sin ser una experta afirmo sin sonrojarme que todos los demás compositores son el fondo que permite que las tres Bs brillen con más fuerza.
¿Las tres Bs? Bach, Mozart y Beethoven.
He dicho.
1 comentario:
Sigo sin verle gracia, pero... es que no tengo sentido del humor! :D :D :D
Los triunviratos no funcionan. "Sólo puede quedar uno". Gran verdad, gran verdad, gran verdad.
En cualquier caso, me parece cruel menospreciar a Chopin o al de la pizza por decir alguno que me ha venido a la cabeza, dentro de mi profunda incultura.
Pd. Sólo por si acaso, Vivaldi.
Publicar un comentario